Es fundamental que antes de consultar nuestro síntoma físico sepamos qué nos sucede exactamente.
Muchos caemos en la trampa del ego espiritual: «yo no voy al médico, solo uso terapias naturales y las pastillas son malas». Pero sería recomendable, por ejemplo, acudir a uno en el momento en el que nos hacemos un esguince de tobillo para saber si nos hemos hecho una fractura sin darnos cuenta y así tomar la medicación necesaria para tener una correcta recuperación de los huesos e inflamación. Esto nos permitirá seguir caminando como es debido gracias a pedir ayuda cuando la necesitamos.
Para nosotros es de gran importancia partir de un síntoma físico preferiblemente con diagnóstico médico. Así, como más concreta sea la información de donde se encuentra la desarmonía en nuestro cuerpo, más concreta será la consulta y más fácil será detectar y trabajar el conflicto emocional subyacente. Pues hay que tener en cuenta que un mismo órgano, como por ejemplo el riñón, tiene varias capas embrionarias y dependiendo de en cuál nos situemos vamos a estar hablando de un conflicto u otro.
En el caso de los riñones, los tubos colectores forman parte del endodermo y entonces estaremos hablando de un conflicto de supervivencia, de no tener referentes o de sentirnos excluidos (como sentido biológico, retenemos los líquidos y así evitamos su pérdida). Por otro lado si hablamos de la corteza suprarrenal nos situamos en el mesodermo nuevo y entonces tendremos un conflicto de movimiento, de haber sido desviado del camino o de haber tomado una mala decisión (como sentido biológico, si nos alejamos de nuestra zona segura la necrosis nos impide alejarnos de ella).
Sabiendo esto, si alguien nos viene a consultar su dolor de riñones no podemos concretar exactamente cuál es su conflicto y estaremos dando vueltas y vueltas por el mar del inconsciente sin llegar a buen puerto. Por eso cuanto más concreta sea la información de lo que nos sucede en nuestro cuerpo más fácil será encontrar la percepción errónea de la mente y encontrar el conflicto emocional sobre el cual tenemos que actuar. Por último y no por ello menos importante, es imprescindible aclarar que la BioNeuroEmoción no sustituye ningún tratamiento de la medicina clásica sino que la complementa. El método es capaz de generar curaciones espontáneas en nosotros mismos pero nunca debemos dejar la medicina convencional si nuestro médico lo considera oportuno.
Línea Cuerpo y Mente 