Condiciones para una consulta eficaz

Ciertamente, la forma de abordar el análisis e intervención psicológica de cualquier Cliente repercute en el tiempo necesario para alcanzar el estado de percepción, actitud y capacidad de afrontamiento deseado. Aunque obviamente sea importante el estilo de intervención del Especialista, también lo es la actitud del Cliente, si realmente tiene como objetivo llevar a cabo una verdadera transformación.

En cuanto al Especialista, que sólo por la función que desempeña ya asume serias responsabilidades, hay varios aspectos que nos gustaría destacar:

  • No juzgar. Este simple hecho de no posicionarse va a facilitar tanto la sinceridad como la apertura del Cliente. Esto nos permitirá acercarnos de forma detallada y veraz a la percepción y creencias sobre las que hay que trabajar. Además, esta forma de proceder nos da la ventaja de enseñar implícitamente a buscar alternativas a las situaciones no deseadas en lugar de luchar contra ellas.
  • Evitar hacernos imprescindibles. Si lo que realmente quiere el Cliente es obtener un bienestar psicológico y, por tanto, resolver sus conflictos emocionales, acceder a una consulta debería ser un apoyo reducido al mínimo período de tiempo. Es importante que el Especialista incida en el hecho de que el poder está en los cambios y decisiones impulsados por el estado emocional que tome el Cliente, es decir, se trata de promover su autonomía teniendo una nueva forma de ver y entender el mundo que le rodea.
  • Integración de diferentes conocimientos. Cada método de consulta o estilo de intervención psicológica tiene un modo de proceder. Dado que la mente de cada Cliente tiene experiencias almacenadas en su memoria, procesadas en función de su personalidad, cuantas más formas de intervenir tenga integradas el Especialistas más probabilidades tendrá de escoger la herramienta ideal para su Cliente. Cada persona tiene unas características psicológicas y es importante tener presente que lo que es efectivo para uno puede no serlo para otra persona.

Por otro lado, para que cada minuto de una consulta sea aprovechada el máximo, el Cliente también ha de tener ciertos aspectos importantes a destacar:

  • Honestidad. Por el simple hecho de acudir a una consulta, el cliente ya se ha abierto a un estado de honestidad en el que asume que algo no funciona bien y necesita ayuda para resolver su situación. Este mismo grado de honestidad no es tan fácil de mantener a lo largo de las consultas dado que reconocer ciertas partes de nuestra «sombra» puede resultar doloroso y es fácil ocultar o darle menos importancia a ciertas situaciones dañinas a través de mecanismos de defensa. En definitiva, un alto grado de honestidad facilita el descubrimiento de uno mismo y el posterior proceso de cambio deseado.
  • Voluntad. La vía más fácil para el Cliente es pensar que el Especialista lo hará todo por él y que su tarea consistirá en algo parecido a tomarse una pastilla para dejar de sentir su dolor psicológico. Efectivamente, el Especialista conoce cómo funciona la mente y probablemente recete ciertas pautas recomendadas a seguir pero es tarea del Cliente que con su fuerza de voluntad las lleve a cabo o no. Es decir, que es importante el hecho de que el Cliente sea una persona activa que realice cambios en su día a día y no sea un mero paciente a la espera de que el Especialista le proporcione la fórmula mágica que le sane.
  • Confianza. Durante o tras la propia consulta puede desarrollarse una mejora en esta variable psicológica pero es fundamental que el Cliente ponga de su parte en este aspecto; muchas veces abandonamos o ni intentamos establecer ciertos hábitos nuevos en nuestra vida porque no confiamos en que puedan dar resultados significativos o directamente no confiamos en que podamos llevarlos a cabo. Este pequeño paso de confianza en nosotros mismos y en la vida acompañado de un sentir coherente alineado con pensamiento y acción es una herramienta de afrontación muy poderosa para lograr objetivos.

Hemos utilizado las palabras Especialista y Cliente para referirnos a cualquier situación genérica durante una consulta psicológica, aunque son perfectamente intercambiables por Maestro y Alumno en situaciones más didácticas. Curiosamente mientras se mantengan dos roles de este estilo siempre habrá una retroalimentación en la que a veces se pueden intercambiar pasando el Alumno a ser Maestro y el Maestro a ser Alumno.

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