El sentido biológico de las emociones

Muchas veces no somos conscientes de la importancia que tienen las emociones en nuestras vidas tendiendo así a clasificarlas en positivas y negativas sin darnos cuenta de que muchas de las que consideramos «negativas» han salvado la vida de nuestros ancestros. Vamos a pararnos a explicar el sentido biológico de cuatro emociones básicas:

  • Miedo: es el responsable de hacernos huir de forma automática en una situación de peligro. Nuestros ancestros se enfrentaron constantemente a peligros de los que era complicado salir ganando. Al exteriorizar esta emoción comunicamos rápidamente a nuestros semejantes de dicho peligro y a la vez salimos sanos y salvos de una situación difícil a la que preferimos no enfrentarnos. Esto explica en muchos casos el miedo automático a acercarnos a un león, a una serpiente o en otros casos a una persona que consideremos más fuerte que nosotros.
  • Asco: nos aleja de todo sabor u olor desagradable para no ingerir comida tóxica o peligrosa para nuestra salud. Gracias al sentimiento de rechazo hacia olores u alimentos tenemos una salud favorable y nos rodeamos de un entorno agradable. Si no fuera por esta emoción podríamos intoxicarnos muy fácilmente y aceptaríamos toda situación sin tener en cuenta como podría perjudicarnos a nuestro bienestar.
  • Rabia: aparece cuando nos sentimos atacados por alguien. Hacemos uso de ella para defender nuestros valores, hacernos respetar o para enfrentarnos a peligros. Si no fuera por la rabia nuestra autoestima quedaría desprotegida totalmente y nunca nos enfrentaríamos a ningún ataque externo que fuera peligroso para nuestra vida. Así pues, esta es otra emoción básica que nos permitió sobrevivir como especie y lo sigue haciendo hoy en día.
  • Tristeza: permite reorganizar nuestra vida y superar los eventos traumáticos. Tras un evento que nos haya afectado emocionalmente empezamos un proceso de cambio interior en el que nos recogemos, preferimos estar solos para re-inventarnos y luego salir más fuertes de aquella situación. La mayoría de personas que han hecho cambios importantes en sus vidas lo han hecho tras superar un evento traumático o una depresión, por lo tanto es una emoción fundamental para la transformación.

En definitiva las emociones están ahí porque tienen un sentido biológico. Ser inteligentes emocionales y hacer una buena gestión de ellas es muy importante para tener éxito en nuestras vidas. Siempre que tengamos un conflicto con cualquiera es vital no guardarlo en nuestro inconsciente, lo que deberíamos hacer es hablarlo, comunicar como nos sentimos en ese momento para tratar de mejorar las relaciones con nosotros mismos y con los demás.

Si por lo contrario las reprimimos cuando recibimos impactos emocionales importantes, nuestro inconsciente biológico va a reaccionar y normalmente va a desencadenar en síntomas físicos o desarmonías en nuestras vidas.

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