Las enfermedades no existen

Red-Pill-Blue-Pill

No hacer real el sufrimiento de una persona es el mejor regalo que le podemos ofrecer.

Los diplomados en Bioneuroemoción no hablamos de pacientes enfermos sino de consultantes o clientes. Esto no implica dejar de empatizar con la persona que tenemos delante o de no entender la situación por la que está pasando pero esto lo hacemos sin reforzar su programa. Nos centramos, más bien, en empezar a ser quienes ven el potencial que no son capaces de ver por ellos mismos y buscar una solución a su conflicto. Bajo ningún concepto vamos a permitir que se extiendan contando sus penas pues nuestro objetivo es acompañar a la persona a la resolución de un conflicto del cual ella misma es responsable de que le suceda, siendo nosotros su fuente de inspiración, cuestinándole sus creencias y estilo de vida. Acompañando a través de un método con unos pasos muy específicos y concisos que le llevarán a otro estado de consciencia y percepción. Para ello nosotros ponemos de nuestra parte e invitamos al consultante a que ponga de la suya también.

Si cambiamos el concepto de enfermedad por el de estado mental o nivel de consciencia y entendemos que el cuerpo se adapta a éste, nos damos cuenta de que lo único que hay que hacer es sanar nuestra propia mente para llegar a un estado de coherencia interna. Muchas veces esto no parece tan sencillo pues heredamos programas inconscientes muy marcados que rigen nuestra vida cotidiana, pero cuando somos conscientes de que el cuerpo no es más que una adaptación biológica que nos informa de cómo pensamos ya no tiene sentido hablar de enfermedades. Nosotros mismos somos los responsables de nuestras propias vidas y de la forma que adopta nuestra percepción, decidimos instante tras instante por ejemplo sentirnos ofendidos ante un insulto o pasar por completo del mismo, reforzándo el ataque y por tanto situación o quitándole fuerza al ataque reconociendo nuestro poder de decisión.

El poder se opone a la fuerza: ¿Qué decides?

Deja un comentario